Ser médico es una vocación me ha sido dada prácticamente desde que me convertí al Islam. Porque al convertirme al Islam hubo un momento como de pre-claridad.
Previamente no sabía exactamente a que dedicarme. No me gustaba cómo funcionaba el mundo, las cosas a las que se dedicaba la gente, cuál era el motor en sus vidas. En mi caso, me dije, prefiero no moverme en absoluto
Yo estaba negándolo todo, absolutamente todo, y cuando me convertí al Islam fue una especie de clarificación del ser. Empiezas a descubrir muchos secretos y entre ellos hasta tu propia vocación.
¿Hacerte musulmán te llevó a ser médico?
Si, puesto que encontré un momento de claridad en mi ser. Es decir, eres joven e igual dices ‘yo no quiero seguir las pautas que la sociedad me esté imponiendo’ pero ¿qué pautas voy a seguir?
No encuentras una pauta concreta porque éstas confuso y cuando llega el Islam lo que hace es que te llena de sensatez.
Y de pronto empecé a descubrir esos pequeños secretos que estaban ocultos que Allah tenía guardados para mí pero que yo no sabía todavía.
Empecé a entender cosas que ocurrían antes en los tiempos de la yahiliya en mi vida, como por ejemplo la predisposición ante el daño ajeno a acercarme y cuidar; a intentar paliar, aunque fuese con una sonrisa, aunque fuese como una palabra, el dolor ajeno.
Yo no llegaba a entender en mi vida, antes de convertirme, porque la gente sufría tanto. Cuando me convertí al islam y encontré la vocación, descubrí que realmente todo aquello que estaba sucediendo en aquella época se correspondía con una vocación médica que estaba ahí latente
¿Qué significa ejercer la medicina como musulmán?
Para mí ejercer como musulmán la medicina significa lo siguiente: es que ejerzo una medicina no encubridora. La medicina convencional como se estudia en las facultades tiene muchas prácticas que encubren instituciones vitales.
Por ejemplo los aspectos psicológicos y mentales se encubren y de esta forma también el modo de vida nefasto que está llevando el paciente y que le conduce a la enfermedad. A la hora de hacer diagnósticos se pone algunas veces demasiado énfasis en diagnósticos que van a aportar poco.
No quiere decir que con ello que la medicina alopática aporte poco en el diagnóstico, es más es justo una de sus grandes aportaciones, pero hay un momento en el que la búsqueda de diagnóstico llega a convertirse en algo patológico para el paciente.
Lo que ocurre es que el paciente se llena de temores porque la medicina actual está diseñada para crear temores. Después a niveles de tratamiento también se produce un encubrimiento.
Por ejemplo hay síntomas como el famoso síntoma de fiebre que es un síntoma maravilloso para que un médico tenga paciencia, junto con el paciente o los familiares cercanos del paciente y que se convierta a la misma fiebre en parte del proceso curativo.
Y sin embargo se sobrecarga al paciente de fármacos, en este caso antipiréticos, para ocultar el síntoma y quitar el miedo.
Ese miedo momentáneo de no aceptación de que algo está pasando que no es normal, de que algo patológico está sucediendo.
En medicina estás obligado a hacer una medicina no encubridora
El encubrimiento es uno de uno de los grandes problemas de este mundo en todas las disciplinas. Hoy en día podemos ver que lo que adultera vislumbrar la verdad es ese encubrimiento. En medicina estás obligado, si quieres a hacer una verdadera medicina, a no encubrir.
Nuestro cuerpo o mejor dicho incluso, nuestro ser, es un grito a voces, está gritando continuamente. Cuando ocultas algo, cuando tapas o encubres un síntoma del tipo que sea, bien puede ser mental, emocional o físico, tarde o temprano va explosionar por algún lado y se va a manifestar con una carga aún mucho más violenta.
Esa es la consecuencia del encubrimiento. De pronto aparecen enfermos crónicos y esto arruina su vida y su vitalidad. Todos aquellos proyectos que una persona, en potencia, podría tener se pueden ver muy mermados porque paulatinamente se ha ido llevando a cabo una actividad médica desproporcionada e incorrecta. Se ha ido produciendo una merma de la vitalidad de los pacientes y finalmente una merma de los grandes proyectos que puede tener, no solo como individuos, sino como comunidad humana.